Hoy escribo brevemente para que veáis la intensa relación que existe entre Leroy, nuestro gato, e Iñigo. Tienen locura el uno con el otro. Iñigo hace y el otro se deja hacer, aunque de vez en cuando le pega un ligero mordisquito en plan "No te pases, chaval...". En cuanto Iñigo empiece a caminar por sí solo, habrá que empezar a temblar con Zipi y Zape...
Bueno, nada más por hoy... ya tengo lavaplatos arregladoooo!!! Ya no friego más!!!
Aguuuur!!!
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